8:53 de la mañana de un miércoles cualquiera. Un taxi parado en medio de un atasco en el centro de Madrid. En su interior, una servidora que, por culpa de ASOS, llegaba tarde a trabajar.
Esto es lo que me sucedió ayer cuando, en un intento de ser ‘la primera de la clase’ –como me dice cariñosamente S.-, decidí poner el despertador una hora antes (¿estamos locas o qué?) para comprobar que la versión española de ASOS funcionaba correctamente (empiezo a pensar que todo este tipo de empresas –absténganse las que no están relacionadas con el mundo de la moda, por favor- deberían ficharme como controladora de calidad).
Lo que empezó por un “solo un rato, para ver qué tal”, terminó con un “me he comprado un vestido monísimo en la nueva web de ASOS que, en realidad, no es tan nueva… Y, lo peor, ¡llegaré tarde por no sé qué ponerme!” (¡El día que inventen la compra online con servicio de tele-trasportación instantáneo hablaremos!)
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| El culpable de mi retraso |
Así que, compuesta y sin vestido, me fui a la oficina. Eso sí, feliz de saber que lo he comprado en la versión española de ASOS, después de esperar más de un mes desde que se diera a conocer la noticia.
En realidad, aunque la sede central siga estando en Londres y el tiempo en el envío de las prendas sea más o menos el mismo (entre 5 y 7 días laborales), el hecho de que cuente con una filial en España me hace sentirme más cerca (aún más) del gigante de la moda por Internet.
Ahora, no solo encontraremos moda, sino también contenidos editoriales en castellano, un servicio de atención al cliente en la lengua patria y unos gastos de envío que serán inexistentes (unos ‘eurillos’ que podemos destinar a otra prenda, ¿no?)
¿Habéis caído en la tentación ASOS?
1 comentario:
Esa sí que es una buena noticia! Acá en Argentina estamos esperando que se instale un H&M pero quedamos en sueños. Por lo pronto ASOS es una salvación. He comprado y no he tenido problemas.
Besos!
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